LOS DÍAS DE LLUVIA

Hay días de primera y de segunda categoría. Aunque claro que todos debieran ser como el primero.
Los días lluviosos van en preferente, en categoría única y primera. Se aposentan suavemente sobre los raíles del día y avanzan con energía autómata y en torbellino. No son necesarios los colores vivos, de eso se encarga el agua ... que cae y suma, cae y suma.
Las miradas se pierden ante todo lo que parece destilar un aire inspirador y los cabezas se coronan de paraguas.

Ay, los días lluviosos son el desayuno más potente de la semana. ¡Pero qué bien saben y cuánto alimentan!

Me gusta imaginar la voz de Cortázar hablando de esas gotitas suicidas que se dejan caer sobre los cristales. Aunque mis retinas las ven mucho más vivas, no tan encarnizadas hacia el fatalismo abismal.

¡Ay, los días de lluvia! Cuando me doy cuenta, casi salgo descalza de casa de tanto que flota y fluye el cuerpo sobre tan esperada visita.

Habrá que estirar las nubes para que no se suban en busca del sol.
¡Qué siga el espectáculo de bebida de mar y respuesta en lluvia, por favor!
 
 
Y, enérgicamente, escuchando:
 
 
TEXTO E IMAGEN:
David· un ser que crece sano, felicísimo y rodeado de amor.
Karla· una madre mirando hacia el pasado para seguir mejor por el presente.
Fotografía: hoja´16.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SANITARIOS DE MAYÚSCULOS ABRAZOS SIN DARLOS

ME DAS MIEDO

DES-A-NUDAR