PERMISIÓN ANUAL DE UN DÍA MARRÓN

Por la permisión de días marrones, de silencios encuadernados. El no-pecado por tener un día a ras de suelo.
No me duele la vida, como a Alejandra Pizarnik (ni muchísimo menos), pero algún revestimiento de alma se encuentra hoy con algo de pesadez.
¡Qué apatía muestra un día raro! ¡Qué borrosa visión de las cosas!
¿Es ésta la sensación que muchos seres arrastran a diario? Pues qué monotonía, qué impotente
 
desperdicio de sonidos y visiones. Qué día mas des-consonante.
No me gusta que la lentitud de los relojes haga sombra, no me gusta que el agua sobre el cuerpo no despeje mi espíritu, no me gusta un Martes sin Martes.
¡Qué apatía muestra un día raro! ¡Qué borrosa visión de las cosas!
Sin embargo, me siento a esperar el ocre en mis horarios, los malvas girados que llegarán con el atardecer. Ahora que, ¡por fin!, se deja ver el Otoño, su viento y su vergonzosa manga larga.
Me quedaré con que ... Los meses fríos suelen abrazar, más tiernamente, los pensamientos. Los envuelven con mantas, los reflejan pupila hacia chimeneas. Y eso es lo que espero.
Es tiempo de alargar las sílabas.
 
 
Y escuchando:


TEXTO E IMAGEN:
David· un ser que crece sano, felicísimo y rodeado de amor.
Karla· una madre mirando hacia el pasado para seguir mejor por el presente.
Fotografía: fragmento de una imagen de troncos.

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